Nuestra metodología

Valoramos el juego como medio para el aprendizaje, la socialización y principalmente como una finalidad en sí mismo. El juego es el modo natural en el que los niños crecen, se vinculan, aprenden. Es el modo que tienen de “ser” y de “estar” en el mundo y para ellos es una actividad muy importante, placentera, divertida y “seria” a la vez, que los adultos debemos respetar y fomentar.

Consideramos que los juguetes y materiales son favorecedores de determinados tipos de juegos por lo que tenemos especial cuidado en la selección y en el modo de ofrecérselos y de plantear la actividad. Les ofrecemos materiales que favorecen aspectos del desarrollo motor como juegos de arrastre, legos, maderitas, piezas de encastre; materiales que favorecen el respeto de reglas y ciertos aprendizajes como loterías, dominós, bolos, etc; o materiales que favorecen el juego simbólico y la socialización como muñecas, juegos de doctores, cocinitas, animales, disfraces, herramientas, autos, etc. Utilizamos mucho material de desecho como diarios, cajas, chapitas, rollos de papel, etc ya que dichos elementos ofrecen una amplia variedad de posibilidades lúdicas a la vez que favorece la creatividad e incorporamos la noción de reciclaje.

Diferenciamos también la finalidad del juego presentando, teniendo en cuenta la edad de los niños, distintos tipos de juegos tanto libres como dirigidos.

Valoramos mucho la presencia directa de las maestras en el juego, ya sea con un rol de observadora, como de participante activo realizando intervenciones que enriquecen el juego y lo complejizan. Esta visión y postura frente al juego resume un objetivo principal del Centro: “que los niños vengan contentos a Popurrí a jugar (con todo lo que ello implica) y a divertirse!”

Los niños se encuentran en una etapa fundamental de su vida en la que se establecen cimientos de su personalidad, en la que absorben todo lo que los rodea de un modo muy natural, tanto aprendizajes formales como vivencias. En Popurrí creemos que es crucial ser responsable y respetuosamente conscientes de esta característica de los niños con quienes compartimos cada día, para brindarles oportunidades de aprendizajes significativos pero también, para “vivir” junto a ellos ciertos valores que les permitan desarrollar aspectos como el respeto, la empatía, la conciencia y el respeto de las diferencias, el respeto por los tiempos y los gustos de los otros, el compañerismo, la amistad.

Una frase que utilizamos y que tiene que ver con el nombre de la Institución es que “cada uno de nosotros es valioso, único, especial e irrepetible”! Popurrí valora y se enriquece con las diferencias. En esta línea es que desde los inicios de la Institución, trabajamos en un sistema de integración de niños con capacidades diferentes en el que todos los integrantes de Popurrí somos miembros activos y comprometidos y nos vemos enriquecidos por esta modalidad de trabajo.

Existen distintas teorías y posturas acerca del manejo de los límites que van desde una libertad total a un autoritarismo desmedido. En Popurrí creemos y sostenemos que los niños necesitan y buscan normas, criterios y modelos claros de conducta. 

Los límites son esenciales en la educación de los niños y el manejo que hagamos de ellos en los primeros años de sus vidas será fundamental para su futuro desarrollo. Los límites guían y orientan a los niños, les dice lo que se espera de ellos, los contiene, les da seguridad y por eso ellos los ponen a prueba para ver hasta dónde pueden llegar. 

A la vez estamos convencidas y entendemos que las rutinas claras y los hábitos bien incorporados favorecen y enmarcan la conducta de los niños dándoles seguridad. Es por ello que en Popurrí ofrecemos un ambiente que contenga al niño, que le brinde seguridad, en el que se sienta a gusto, respetado y en el que pueda anticipar la generalidad de lo que acontece. Para ello establecemos una rutina diaria que incluye un momento de juego, una ronda, un momento de saludo grupal diario y de diálogo, una merienda compartida, etc, etc.

Cada actividad se enmarca con un verso o canción mediante la cual el niño puede saber aquello que se va a realizar (usamos una canción para lavarnos las manos, para guardar, para prepararnos para escuchar un cuento, para formar un tren o para merendar).